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En Igualeja, en límite suroeste del Parque Natural Sierra de las Nieves, podemos visitar dos cavidades muy distintas.
La Cueva de la Fuensanta, conocida de siempre, es una gran oquedad en la que penetra la luz del día. Su desarrollo es posible continuarlo trepando y atravesando algunos pasos estrechos hacia unas galerías elevadas que sirven de refugio a murciélagos. En las últimas salas hay bellas formaciones, especialmente estalagmitas.
La otra cavidad, descubierta hace algunos años, es una hermosa cueva con lagos repleta de formaciones en techos y suelos desde su primera sala. El nivel freático, en la base de algunas galerías, ha formado bellísimas salas decoradas de insólitas formaciones. Para visitar estas salas inundadas nos pondremos trajes de neopreno. Si apagamos nuestra iluminación y guardamos silencio, podremos oir a las gotas de agua cayendo sobre los lagos hacer "música".
La Cueva de la Fuensanta, conocida de siempre, es una gran oquedad en la que penetra la luz del día. Su desarrollo es posible continuarlo trepando y atravesando algunos pasos estrechos hacia unas galerías elevadas que sirven de refugio a murciélagos. En las últimas salas hay bellas formaciones, especialmente estalagmitas.
La otra cavidad, descubierta hace algunos años, es una hermosa cueva con lagos repleta de formaciones en techos y suelos desde su primera sala. El nivel freático, en la base de algunas galerías, ha formado bellísimas salas decoradas de insólitas formaciones. Para visitar estas salas inundadas nos pondremos trajes de neopreno. Si apagamos nuestra iluminación y guardamos silencio, podremos oir a las gotas de agua cayendo sobre los lagos hacer "música".