LA CALA DEL MORAL: Ayer domingo se celebró la Procesión del Corpus Christi...

Ayer domingo se celebró la Procesión del Corpus Christi por las calles de nuestro pueblo.Antes de la salida del Señor, se celebró la santa misa con el templo abarrotado de personas, donde se pone de manifiesto, una vez más la buena semilla que siembra nuestro párroco, que aunque caiga en terrenos diversos, está dando su fruto.El grupo de Cáritas se encargó de las moniciones, ofrendas y preces de la Eucarístía, ya que ayer la iglesia celebraba el día de la Caridad.Estuvieron presentes, como es habitual, los templos más sencillos para que en ellos permanezca Jesús, que son los niños que este año han recibido el sacramento por vez primera, acompañados del grupo de catequistas que entonaron diversos cánticos. Hubo un detalle digno de mencionarse, al comienzo de la Celebración que consistió en una pequeña pero muy significativa representación al alcance de todos los presentes, de algunos niños acerca del misterio fundamental de nuestra fe.
Acto seguido y entre todo el pueblo que se echó a las calles, se celebró la Procesión que hace presente a Jesús en nuestra localidad y se honra al Cuerpo de Cristo Sacramentado.De aqui la gran importancia de esta salida procesional.
Durante el recorrido de hicieron varios altares para que el Señor bendijera los diversos núcleos de nuestro pueblo.
Realizados, unos, por particulares como el de la farmacia, el de la plaza de Calaplaya con el bonito toque que le dá nuestro querido Paco, el de la confluencia de calles La Huerta y Jorge Lamothe y el de calle La Victoria y por colectivos como el de la asociación de mujers, las dos hermandades y por último el de Cáritas en la plaza de la iglesia.
En el centro de este último altar se leía una frase que puede ser el compendio de toda la jornada vivida: CRISTIANOS, PAN PARTIDO PARA TODOS.
La presencia de Cristo no es cosa de un día, no son los sones de una banda de música que se escuchan y se olvidan, sino que nos tiene que servir para descubrirlo en nuestro quehacer ordinario, en la procesión callada y sencilla, de la vida corriente de cada uno de nosotros, dispuestos siempre para que se sirva de nosotros y se haga continuo su tránsito, la procesión de ayer, durante todos los dias. Alfonso
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