Es uno de los pocos pueblos que todavía conserva su encanto, cabe destacar su barrio de casas blancas a pie de playa, antiguas casas de pecadores que constituyen hoy un hito paisajístico, ya que llevan ahí varios siglos y aún siguen conservando ese tipismo que las hacen configurar un conjunto arquitectónico con valores propios. Esto es algo que debería ser preservado ya que está muy lejos de la masificación de bloques de pisos que conforman la mayor parte del litoral.