El
edificio del
Palacio Episcopal se levanta en la
Plaza del Obispo muy próximo a la
Catedral de
Málaga, bajo el patrocinio del arzobispo José F. Lasso de Castilla, a partir del año 1762.
Sus trazas se deben al arquitecto Antonio Ramos, quien a la muerte de José de Bada en 1756 continúa con las obras que éste realizaba para la catedral.
La realización de este palacio supone la obra más importante de su autor y uno de los mejores ejemplos de la
arquitectura civil malagueña, y en ella Ramos distribuye los espacios alrededor de dos
patios sucesivos, agrupando en torno al primero de ellos la zona pública del conjunto y levantando un cuerpo bajo con arquerías, mientras que en el segundo dispone sus frentes abiertos con
balcones, ubicando sobre un costado una
escalera de tipo imperial de doble tiro que comunica con la zona alta del palacio.
Alrededor del segundo
patio también organizado en dos plantas de altura con una ligera estructura de arquería, se distribuyen las dependencias privadas que se destinan al prelado.
Muy importante por su alta calidad compositiva es el diseño de su
fachada principal, de tres plantas de altura, que se articula a través de pilastras pareadas y simples de bajo resalte entre las que se disponen grandes huecos a modo de balcones en las plantas superiores y de
ventanales en la inferior.
De un barroco clasicista donde destacan los
frontones rectos y curvos de los huecos superiores, sobresale en esta fachada su magnífica
portada-
retablo que se le superpone en el centro, en tres cuerpos de altura, combinando mármoles en
colores gris para el fondo y rosa en las
columnas, cuyo número decrece progresivamente en cada planta superior.
En ella destaca el gran
balcón de movido diseño sobre la
puerta de acceso, los elegantes remates con que se coronan pilastras y columnas, y los
escudos que se muestran sobre la puerta de ingreso. Asimismo es de destacar en el último cuerpo de esta portada la profunda
hornacina enmarcada entre pilastras con guirnaldas que aloja en su interior una imagen de la
Virgen de las Angustias, obra de Fernando Ortiz.
A la muerte de Antonio Ramos en 1782, las obras de este palacio las continúa su sucesor José Martín de Aldehuela, quizá el autor de la balaustrada de
piedra con que se acaba superiormente el edificio, añadido en un momento posterior.
Actualmente parte del edificio ha sido adaptado para sede del
Museo Diocesano del
Arte Sacro de la ciudad de Málaga.
Bien de Interés Cultural, este Palacio Episcopal está catalogado como
monumento en el año 1991.