El diseño de la actual
bandera, aprobado el 9 de marzo de 1994 por el
Ayuntamiento en Pleno, no fue consensuado con los grupos de la oposición, por lo que no puede considerarse un símbolo representativo de la ciudad. El acta del acuerdo, justificaba la bandera “en el
color azul del
cielo, con el azul más oscuro del
mar, con un toque de blanco que recuerda a las
casas, y un toque de verde relativo a las plantas y el verdor que hay en
Marbella”. Estas consideraciones difieren de los principios de la vexilología, según los cuales, no es correcto incluir en una bandera dos tonos de un mismo color ni incorporar el nombre de la ciudad, la cual debe reconocerse por la propia simbología.
No hay constancia de que dicho acuerdo fuese tramitado ante la Junta de
Andalucía de conformidad con el Real Decreto 3315/1983, de 20 de julio, modificado por la Ley 6/2003, de 9 de octubre, de Símbolos, Tratamientos y Registro de las Entidades Locales de Andalucía. Mediante éste, el Estado traspasaba a la Administración Local la concesión de “tratamientos, honores o distinciones, así como el otorgamiento a los municipios y provincias de títulos, lemas y dignidades, previa la instrucción de expediente, y la aprobación de
escudos heráldicos municipales, previo informe de la Real Academia de la
Historia”.
b) El
escudo de armas de Marbella fue concedido por los Reyes Católicos el 3 de noviembre de 1493, a petición del concejo de la ciudad. En su carta de merced (inserta como Anexo 1) se hacen constar expresamente sus elementos:
A la mano derecha un yugo con sus coyundas que es la devysa de my el Rey, e a la mano yzquierda un manojo de frechas que es la devysa de my la Reyna e debaxo una
torre con unas ondas de la mar al pye que es la que está a la guarda del
puerto de la mar de la dicha çibdad, las quales podays poner e pongays en el
pendón que la dicha çibdad tobyere, e en el sello con que la dicha çibdad sellare las cosas de su conçejo e ayuntamiento e en las
puertas e lugares de la dicha çibdad donde fuere nesçesaryo de se poner.
A lo largo de su andadura, dicho escudo ha perdido gran parte de su esencia debido a los avatares y corrientes de los diferentes periodos históricos, hasta el punto de que en la actualidad difiere en gran medida del original. Las ondas del mar han sido sustituidas por un mar ligeramente encrespado; la torre presenta unas particularidades que inducen a imaginar una torre derruida con un color ocre nada heráldico; el yugo y las flechas no figuran en el lugar establecido en la carta de merced y privilegio. En cuanto a sus
colores, volvemos a encontrar dos tonos de azul como se aprecia en la bandera. Por último, se le timbra con una corona de fantasía, cuando debería ser la corona real, cerrada, ya que, en caso de continuar con la existente, se corre el riesgo de confundirla con una corona ducal, totalmente anómala en este caso.
A partir de estas consideraciones, podemos afirmar que el actual escudo de Marbella guarda poca similitud con el otorgado por los Reyes Católicos. Por otra parte, la heráldica actual impone una tendencia a la recuperación del más genuino estilo
medieval. Desde el último cuarto del siglo XX, en Europa se sigue una corriente regeneracionista en la que se observa un paulatino interés en mantener el diseño, la esquematización, las dimensiones y la colocación de las figuras en busca de la sencillez de sus componentes y estructuras.