El hallazgo de hachas del neolítico en los
campos cercanos al municipio; la existencia de un
puente romano sobre el Arroyo de La Teja y una calzada
romana en su proximidad, o la presencia en los cimientos del
castillo de argamasa del tipo usado por los constructores
romanos, hacen suponer que
Monda ha sido desde muy antiguo lugar de asentamiento de sucesivas civilizaciones.
Lo más significativo de la
historia de esta localidad fue la famosa batalla de Munda, en la cual Julio César venció a los hermanos Cneo y Sexto Pompeyo, en la que se jugaron no sólo la vida, sino la hegemonía del mundo conocido y que aconteció el 17 de marzo del año a. de J. C. A finales del siglo IX, al extender sus dominios sobre casi toda
Andalucía Omar Ben Hafsun tras la sublevación de Bobastro contra el poder de
Córdoba, edificó para defenderse de las tropas cordobesas entre otros, el castillo de Al Mundat, cuyos vestigios aún perduran sobre un roquedal que preside al actual municipio. El castillo fue arrasado por el caudillo Saib Ibn Al-Mundir en el 308 de la hégira. Los avatares de las luchas intestinas entre caudillos árabes, dejan su secuela de hechos bélicos conformando un entramado histórico sugerente por demás alrededor de este lugar. Hacia el siglo XI el castillo fue reconstruido por los hammudies y en el siglo XIII Monda es una
plaza importante de la que salen alcaides y guerreros.
Entre final de la
primavera y principios del
verano de 1485, se sitúa la entrega de Monda al capitán de los Reyes Católicos, Hurtado de Luna, que a partir de entonces ostentará el título de alcaide de Monda. Perteneció a la jurisdicción de
Málaga para que fuera beneficiaria del Fuero de
Sevilla, quedándose a vivir en la villa los musulmanes que la habitaban en calidad de mudéjares, hasta que tras la rebelión de 1501 en la Serranía de Ronda y en la zona de
Marbella, se les obligó a convertirse al cristianismo. En 1508 el rey Fernando concede al marqués de Villena y duque de Escalona, el señorío de las Villas de
Tolox y Monda a petición de Doña Juana. En 1570, decretada la expulsión de los moriscos del reino de
Granada, se despobló la villa de éstos que serían sustituidos por 80
familias de cristianos viejos a los que se entregó los bienes de los moriscos expulsados, trasladándose la nueva población a la parte más llana.
Después de la reconquista de Málaga por las tropas cristianas, Monda queda dentro de su jurisdicción y es nombrado alcalde Bartolomé Sepúlveda, respetándose los bienes de los musulmanes en estas tierras, como mudéjares. Esta situación de coexistencia se mantuvo hasta que, tras la rebelión morisca, fueron expulsados en el siglo XVI repartiéndose sus propiedades a los nuevos habitantes venidos principalmente de Castilla.
Durante la guerra de la Independencia Monda jugó un importante papel en la estrategia del general español Ballesteros, dirigiendo las guerrillas serranas y en 1811, es visitado el
pueblo por el comandante francés Thysel, quien ante la rotunda negativa de los mondeños a facilitarle provisiones, se va de allí a buscarlas a Tolox.
El mismo nombre Monda proviene de la voz reto-
románica mondare, que viene a significar “
valle entre
montañas”, acaso por su ubicación. Fue el lugar donde muchos creyeron en el pasado que tuvo lugar la célebre Batalla de Munda (17 de marzo del 45 a. C.) cuando, en el contexto de la Guerra Civil romana, se sucedió el encuentro final entre las tropas de los contendientes, Julio César, por un lado, y los hijos de Pompeyo el Grande (decapitado en
Egipto poco antes), por otro. César fue el vencedor indiscutible, un estratega implacable (Napoleón, otro gran
militar, siempre llevó sus memorias consigo) que diezmó a los pompeyanos, pero de poco le sirvió ya que no pudo saborear su victoria por mucho tiempo al ser asesinado casi un año después.