El
Puente Nuevo constituye, junto con la
Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de
Ronda, el símbolo y el alma de la ciudad.
Hubo dos grandes proyectos para la realización de esta obra. El primero del año 1.735, reinando Felipe V, que consistió en un
arco de 35 metros de diámetro, y cuyas obras duraron tan sólo 8 meses, pero que resultó infructuoso pues seis años después se derrumbó, ocasionando la muerte a unas 50 personas aproximadamente.
Pocos años más tarde comenzaron las obras, concretamente en 1751 y finalizaron en Mayo de 1793, coincidiendo con la celebración de la Real
Feria de Mayo en Ronda. En total se invirtieron más de 40 años, estando al frente de las mismas el arquitecto D. José Martín de Aldehuela, natural del
pueblo turolense de Manzanera.
Esta obra maestra de 98 metros de altura, construida en sillares de
piedra extraídos del fondo de la garganta del Tajo, permitió la conexión del
barrio moderno o del
Mercadillo con el barrio antiguo de la ciudad y posibilitó la expansión urbanística de la ciudad. Desde sus
balcones, las vistas de las
casas colgando sobre el mismo borde del precipicio, son espectaculares.
Este majestuoso
monumento alberga en su interior un moderno concepto de Centro de Interpretación, sobre esta magna obra de ingeniería dieciochesca y sobre los diferentes aspectos de su entorno:
fauna, vegetación, geológicos, urbanísticos, históricos, etc.