En su exterior, de gran monumentalidad, se levanta una bella fachada de piedra tallada, haciendo ángulo con la de la fachada del convento, y creando ante ellas un pequeño compás que aparece limitado por una verja. La fachada de la iglesia se muestra dividida en tres calles verticales a través de cuatro pilastras almohadilladas, quedando coronada por un frontón de perfil mixtilíneo. Esta portada presenta una mayor entidad a la calle central, en la que se inserta su magnífica portada de acceso. Dicha portada, de dos cuerpos de altura, tiene su acceso a través de un hueco de medio punto que aparece flanqueado entre pares de columnas toscanas elevadas sobre altos pedestales que soportan un frontón partido que se quiebra en el centro para alojar un escudo de la Orden Trinitaria. Sobre ambos trozos del frontón y siguiendo los ejes de las columnas se sitúan cuatro pináculos rematados en pirámides. El segundo cuerpo de esta portada repite el esquema del inferior, pero a bastante menor escala. La portada conventual o de regla repite el esquema de la de la iglesia, si bien a menor escala y con algunas variantes. La fachada lateral a la plaza de los Descalzos es mucho más sencilla. Encalada y con solo algunos resaltes en rojo, en ella solo destaca el escalonamiento de alturas de las naves y la cúpula con linterna del camarín de la nave de la Epístola, que se alza casi por encima del resto. La torre de ladrillo encalado, tiene base cuadrada y cuerpo superior octogonal.

(23 de Abril de 2022)