El período islámico de la ciudad finaliza cuando, el 22 de mayo de 1485, el rey Fernando el Católico logra tomarla tras un prolongado asedio. Tras la conquista muchos de los
monumentos erigidos por los musulmanes son remodelados adecuándose a la nueva situación que vive la ciudad, que inicia un nuevo florecimiento que la hace crecer extendiéndose en nuevos
barrios como los del
Mercadillo y
San Francisco, pasando a conocerse el antiguo núcleo árabe como “La Ciudad”.