En el siglo xviii la ciudad vive una etapa de importantes construcciones entre las que destacan el
Puente Nuevo, que ha pasado a considerarse el símbolo de la ciudad, y la
plaza de toros, una de las más antiguas y monumentales del mundo, ambas obras de Martín de Aldehuela. A partir de esa época se crean los mitos románticos de bandoleros y toreros. La invasión napoleónica y la sucesiva Guerra de Independencia tuvo una especial virulencia en
Ronda y su serranía.