Uno de los caracteres principales de la economía comarcal es la permanencia de pequeñas unidades productivas de difícil capitalización. El sector primario (25 % de la población activa), se caracteriza por la rotación de cultivos de secano en la zona de la meseta, que es la zona con mayor superficie agrícola (cereal-leguminosas-girasol), y la producción de aceituna que se moltura en las almazaras locales, tanto en la meseta como en los valles. En éstos, la actividad agrícola se puede considerar marginal y de autoconsumo, orientando su territorio hacia la producción ganadera extensiva y el aprovechamiento de los recursos forestales, aunque poco a poco surgen distintas iniciativas para potenciar el sector.