El goce
artístico que nos sobrecoge en una ciudad como
Ronda, en la que no podemos dar un paso sin que nos golpee en la cara cualquier
rincón cargado de preciosidad hasta los topes, es la máxima definición de esta localidad. Patrimonio histórico, cultura,
paisajes naturales, gastronomía centenaria,
arquitectura... Por Dios, ¡Ronda tiene de todo! Por suerte no tiene
playa; si fuera así se convertiría en la ciudad perfecta.