La
torre mudéjar se eleva sobre los restos del antiguo alminar y está coronada en su parte superior por un gracioso
campanario, ajustado a las normas del
gótico isabelino. Junto al alminar se levanta una construcción de dos pisos, de arcadas de medio punto, el inferior, y adintelado, el superior, que desde finales del XVII sirvió de balconada para presidir las
fiestas.