Paralelamente, en Inglaterra, John Smeaton se autoproclamó el primer ingeniero civil inglés y dio un impulso muy importante a la ingeniería, tanto en estructuras como en
faros. La ingeniería había nacido en Europa, en unos casos por la preocupación del Estado, como en
Francia, y en otros por iniciativas más personales. Personas que ponían en
juego su prestigio y su posición social por llegar más lejos, por vencer al medio y vertebrar un país, una región o una ciudad que quería crecer.