Volvamos a contemplar el
Puente de
Ronda y hagamos el esfuerzo de imaginar el
arco central de 15 metros sin toda la
piedra que le rodea. Veremos cómo la construcción del puente consistía en colocar un arco muy pequeño en mitad de un
acantilado. Y entenderemos así que la decisión que se tomó en Ronda es única en la
historia de los
puentes y de ahí que sea tan icónica, porque no hay otra parecida.