También se cubre con
bóvedas de medio cañón los brazos del crucero y el presbiterio, mientras que el crucero lo hace con
cúpula de nervios cajeados y florón central. La
fachada principal es de sillería, con atrio de
piedra delantero elevado y cercado por una verja. El acceso es un
arco de medio punto con aplicaciones vegetales, enmarcado por
columnas toscanas pareadas sobre plintos y cimacios que sostienen un
frontón partido rematado por pirámides y bolas. Del patrimonio mueble caben destacar dos
retablos: el de
San Antonio, en madera policromada con espejería del siglo dieciocho; y el de la Trinidad, de estilo neobarroco con relieve de madera policromada del siglo diecinueve.