UN INGENIERO CONTRA EL TAJO DE
RONDA. Hasta la segunda mitad del siglo xviii, el tajo de Ronda era una severa cicatriz, que separaba a la ciudad. En 1793, el ingeniero Juan Martínez de Aldehuela reconcilió la ciudad vieja y la nueva con una soberbia obra de sillería, el
Puente Nuevo. Por este icono arquitectónico cruzaron figuras esenciales de la cultura, como el poeta Rainer Maria Rilke, el escritor Ernest Hemingway o el cineasta Orson Welles, tan enamorado de esta tierra y de la maestría de su
amigo torero Antonio Ordóñez que pidió ser enterrado en la
finca que la
familia posee a las afueras, entre dehesas y ondulados cerros.