Se levantó sobre una antigua mezquita de la que hoy día se conservan el muro de quibla y el mihrab, es decir, el muro y la
hornacina que señala el sitio adonde han de mirar quienes oran en las mezquitas. Es curioso que a pesar de que la toma de
Ronda fue el día de Pentecostés y por ello el primer templo que se mandó construir estaba dedicado al Espíritu
Santo, la
parroquia principal de la localidad está dedicada a la Encarnación. Seguramente debido a la especial devoción de Isabel la Católica por esta advocación.