DOS CIUDADES QUE VER. Las
calles de la ciudad antigua se abren a recoletas
plazas frente a
miradores donde se advierten los anchos horizontes de la serranía. La
calle Armiñán es la
columna vertebral de la
Ronda antigua. A un lado se deja caer hasta la
Casa del Rey Moro, uno de esos
palacios donde anida la leyenda y el embrujo. La casa palaciega fue construida a mediados del xviii y posee un
jardín que es uno de los lugares imprescindibles que ver en Ronda. Solo sentir el rumor de las
fuentes y el perfume de las
flores transporta a otra época.