Los parterres y estanques de la
Casa del Rey Moro fueron diseñados por Jean-Claude-Nicolas Forestier por encargo de la duquesa de Parcent, propietaria entonces del
palacio. El paisajista francés, autor del
parque de María Luisa de
Sevilla o de los
jardines de Montjuïc en
Barcelona –ambos de 1929–, creó un espacio de placentera serenidad al estilo de los viejos jardines andalusís. Aterrazado y abierto al tajo de
Ronda, del
jardín desciende una
escalera de doscientos peldaños hasta las orillas del
río Guadalevín.