¡Ay! mi
Torre , mi Torre, que mi Torre, cuanto quiero yo a mi Torre, y estoy deseando de estar ahí, paseando tus
calles, cruzando mi rotonda. Ya mismo estoy entre vosotros y con vosotros, ya estoy contando los días.
Carmen, no te vayas sin mí al Ingenio, espérame por favor.
Fermi.