Ya en el siglo pasado, escritores como Berlanga o Guillen Robles se asombraron. Este último autor en su libro "Historia de Málaga y Provincia" decía así: "... También se han encontrado en nuestro país multitud de hachas de piedra, encontrándose en nuestra provincia, en Almogía, Álora, Ronda,... pero recogiéndose con mucha mayor abundancia en el Valle de Abdalajís, por lo cual sospecho que en este punto se hallaría una importante estación prehistórica.
Efectivamente son incontables las cantidades de hallazgos de hachas de piedra, útiles de sílex y cerámica prehistórica encontradas en esta localidad. Vasijas
Queda patente, por tanto el indudable abolengo histórico de esta comarca. Por el valle y Sierra de Abdalajís han pasado muchas civilizaciones y razas diversas.
Después de los pueblos indígenas primitivos, dejaron su huellas, íberos, celtas, helenos, púnicos y romanos; alcanzando su mayor apogeo durante la permanencia del dominio romano, localizándose la antigua ciudad romana de Nescania sobre los cimientos del actual pueblo.
Bajo los cimientos del Valle de Abdalajís yacen muchos recuerdos y grandezas remotas sepultadas; de las asperezas de sus sierras, arranca el hombre neolítico, la diorita, el pedernal y la piedra con que fabricó sus útiles y hachas de caza y lucha; en el ambiente, se dibujan los trazos eurrítmicos de sus estatuas nescanienses y parecen oírse plegarias a Júpiter.
Está constatada la existencia de una población ibérica, la cual más tarde entraría en contacto con los colonizadores fenicios y púnicos, como lo demuestran los yacimientos del "Nacimiento" y "Cerro del Castillo" (ambos han aportado fragmentos de cerámica griega siglo V a. C). En opinión de los estudiosos del tema, estos dos yacimientos tuvieron una misión de control de esta zona.
También hay que reseñar el yacimiento del "Cerro Pelao", el cual Gozalbes C., en su obra "Las Vías Romanas de Málaga" lo relaciona con las famosas "Torres de Anibal". De esta época data la estatuilla de una Demeter en Terracota, expuesta hoy en día en el museo arqueológico de Sevilla.
Estatuilla de un toroYa de época un poco posterior podemos señalar la aparición en 1928 de un bloque de piedra con un bajorrelieve que representa a un toro y que, desgraciadamente, fue destruido por su descrubridor.
Efectivamente son incontables las cantidades de hallazgos de hachas de piedra, útiles de sílex y cerámica prehistórica encontradas en esta localidad. Vasijas
Queda patente, por tanto el indudable abolengo histórico de esta comarca. Por el valle y Sierra de Abdalajís han pasado muchas civilizaciones y razas diversas.
Después de los pueblos indígenas primitivos, dejaron su huellas, íberos, celtas, helenos, púnicos y romanos; alcanzando su mayor apogeo durante la permanencia del dominio romano, localizándose la antigua ciudad romana de Nescania sobre los cimientos del actual pueblo.
Bajo los cimientos del Valle de Abdalajís yacen muchos recuerdos y grandezas remotas sepultadas; de las asperezas de sus sierras, arranca el hombre neolítico, la diorita, el pedernal y la piedra con que fabricó sus útiles y hachas de caza y lucha; en el ambiente, se dibujan los trazos eurrítmicos de sus estatuas nescanienses y parecen oírse plegarias a Júpiter.
Está constatada la existencia de una población ibérica, la cual más tarde entraría en contacto con los colonizadores fenicios y púnicos, como lo demuestran los yacimientos del "Nacimiento" y "Cerro del Castillo" (ambos han aportado fragmentos de cerámica griega siglo V a. C). En opinión de los estudiosos del tema, estos dos yacimientos tuvieron una misión de control de esta zona.
También hay que reseñar el yacimiento del "Cerro Pelao", el cual Gozalbes C., en su obra "Las Vías Romanas de Málaga" lo relaciona con las famosas "Torres de Anibal". De esta época data la estatuilla de una Demeter en Terracota, expuesta hoy en día en el museo arqueológico de Sevilla.
Estatuilla de un toroYa de época un poco posterior podemos señalar la aparición en 1928 de un bloque de piedra con un bajorrelieve que representa a un toro y que, desgraciadamente, fue destruido por su descrubridor.