Una vez se reunieron todos los animales de la granja y decidieron contar chistes, pero si no reían todos, le cortaban la cabeza al que lo había contado.
Va el gallo y explica uno buenísimo, todos ríen menos la cabra y le cortan la cabeza al gallo.
Luego va el cerdo y explica un chiste malísimo y nadie ríe menos la cabra que se pone a reír.
Los otros animales le preguntan:
- ¿Porqué has reído con este chiste tan malo y con el otro que era muy bueno no?
A lo que la cabra responde:
- Es que ahora he entendido el primero.
Le dice la cabrita a su mamá:
¡mamaaaaaaá, mamaaaaaaaá!, ¿puedo ir a la fieeeestaaaa?
Beeeeeeee, Beeeeeeeee.
Disculpe, veo que aquí en la Mancha hacen buenos quesos y, con toda seguridad, serán de todo este inmenso rebaño de cabras que se ven por aquí, ¿me equivoco?
¡No señó, ettá utté en lo ziertto!
Verá Vd, sr. cabrero. Es que estoy haciendo el doctorado y voy a hablar un poco de aquí, de mi tierra, de mi gente, de mis raíces, de... de tantas cosas que aún me quedan por conocer y... ¿a Vd le importaría contarme alguna cosa curiosa de por aquí?
Po no zeñó, enabsoluto. Mire, aquí un día ze perdió una cabra del rebaño y, el cabrero zegüé corriendo pallá, pal pueblo, ¿zabe otté? Denzeguía zerunieron toh loh dueñoh de las cabrillas, ¿sabe otté?, moh jartamoh de vino y, mohechamoh al monte. Cuando dimoh con la cabrilla, moh volvimoh a tomá unas copichuelas y, cada uno de nozotroh, como eh la cottumbre, po le hicimoh el amóh a la cabra.
Pero, por Dios, caballero, ¿no pensará Vd que voy a exponer tal noticia en mi tesis? ¿No tendría Vd otra anécdota más graciosa, más ocurrente?
Hombre, po zí, recuerdo que, una vez, paseando por el campo, zextravió la muhéh de un compañero y, deppuéh de jartarnoh de vino, zalimoh a buccarla hasta que la encontramoh y, una vez que la encontramoh po, ya zabe ottéh, la tradición de por aquí, o zea, noh tomamoh unah copichuelah y, uno a uno, le fuimoh haciendo el amoh.
Pero qué bruto que es Vd. Esa noticia no la puedo escribir ¿no conoce Vd otra noticia, algo más triste, no sé, algo que…
Y el hombre, quitándose las gafas y limpiándose una lágrima que le caía cara abajo, dijo: “ Po verá Otté, un día me perdí en el bosque y…”
Va el gallo y explica uno buenísimo, todos ríen menos la cabra y le cortan la cabeza al gallo.
Luego va el cerdo y explica un chiste malísimo y nadie ríe menos la cabra que se pone a reír.
Los otros animales le preguntan:
- ¿Porqué has reído con este chiste tan malo y con el otro que era muy bueno no?
A lo que la cabra responde:
- Es que ahora he entendido el primero.
Le dice la cabrita a su mamá:
¡mamaaaaaaá, mamaaaaaaaá!, ¿puedo ir a la fieeeestaaaa?
Beeeeeeee, Beeeeeeeee.
Disculpe, veo que aquí en la Mancha hacen buenos quesos y, con toda seguridad, serán de todo este inmenso rebaño de cabras que se ven por aquí, ¿me equivoco?
¡No señó, ettá utté en lo ziertto!
Verá Vd, sr. cabrero. Es que estoy haciendo el doctorado y voy a hablar un poco de aquí, de mi tierra, de mi gente, de mis raíces, de... de tantas cosas que aún me quedan por conocer y... ¿a Vd le importaría contarme alguna cosa curiosa de por aquí?
Po no zeñó, enabsoluto. Mire, aquí un día ze perdió una cabra del rebaño y, el cabrero zegüé corriendo pallá, pal pueblo, ¿zabe otté? Denzeguía zerunieron toh loh dueñoh de las cabrillas, ¿sabe otté?, moh jartamoh de vino y, mohechamoh al monte. Cuando dimoh con la cabrilla, moh volvimoh a tomá unas copichuelas y, cada uno de nozotroh, como eh la cottumbre, po le hicimoh el amóh a la cabra.
Pero, por Dios, caballero, ¿no pensará Vd que voy a exponer tal noticia en mi tesis? ¿No tendría Vd otra anécdota más graciosa, más ocurrente?
Hombre, po zí, recuerdo que, una vez, paseando por el campo, zextravió la muhéh de un compañero y, deppuéh de jartarnoh de vino, zalimoh a buccarla hasta que la encontramoh y, una vez que la encontramoh po, ya zabe ottéh, la tradición de por aquí, o zea, noh tomamoh unah copichuelah y, uno a uno, le fuimoh haciendo el amoh.
Pero qué bruto que es Vd. Esa noticia no la puedo escribir ¿no conoce Vd otra noticia, algo más triste, no sé, algo que…
Y el hombre, quitándose las gafas y limpiándose una lágrima que le caía cara abajo, dijo: “ Po verá Otté, un día me perdí en el bosque y…”