Sus Señorías son incapaces de apretarse el cinturón
Archivado en: diputados, Congreso, Senado, telefonía
A algunos dirigentes políticos (no muchos) se les ha llenado la boca de condenas a la pandilla de directivos de las cajas de ahorro que, tras llevar sus entidades a la ruina, se han otorgado a sí mismos indemnizaciones, prejubilaciones y pensiones supermillonarias antes de ser expulsados de las poltronas. Pero ¿qué ejemplo dan esos mismos políticos respecto a sus ingresos y prebendas? Poco edificante.
En casi toda la prensa ha llamado poderosamente la atención que los diputados al Congreso, ya en período de descuento, hayan acordado que los miembros de la Cámara Baja que surja de las elecciones del 20 de noviembre dispongan, gratis total, de un iPhone 4 o iPhone 4S, aparte de una tableta iPad e instalación de ADSL en su domicilio. La traducción en números es un gasto de medio millón de euros, un buen bocado del contrato de telefonía del Congreso de los Diputados para 2012.
El acuerdo, que se acaba de publicar en el BOE fue adoptado por la Mesa de la Diputación del Congreso (órgano de gobierno tras la disolución de las Cortes) el pasado día 13, con la discreción que impregna las decisiones de los poderes públicos. Como si fuera un asunto de mero trámite al que, por cierto, no puso pega ningún miembro de los grupos parlamentarios allí representados.
Esta especie de generosidad de los diputados salientes con los entrantes tras el 20 N, tiene truco. Muchos de los que ahora tienen escaño piensan repetir y de esa forma seguirán disfrutando del iPhone que ya disponen pero, además, se beneficiarán de la sustitución del ordenador portátil que ahora recibe cada diputado por una iPad de las más rápidas. En total, lo que va a gastar el Congreso en plena angustia económica y financiera de España, son 498.225,50 euros en la adquisición de 400 iPad y 225 iPhone de última generación.
Como el Parlamento está disuelto y todas sus señorías (presentes y futuras) están encantadas de ir equipados con alta tecnología a cargo del erario público, los contribuyentes nos quedamos sin saber cuáles son los trabajos tan agotadores, tan complejos y tan sofisticados de los diputados, que no les vale operar con el sistema Android.
El pliego de condiciones del concurso pide unas características de alta resolución de pantalla, de reproducción y de grabación de vídeo, que solo los tienen los aparatos más prestigiosos y más caros del mercado: las últimas versiones de Apple, ya sea en smartphone o en tableta. El problema no está en la cuantía del desembolso, pues los parlamentarios necesitan herramientas para trabajar. El problema, la vergüenza, el escarnio, radica en que tengan esa mentalidad mezcla de nuevo rico y de gastador con pólvora del rey que les lleva a proveerse de lo más caro y sofisticado que haya en el mercado. Y eso, en los tiempos que corren.
¿Y qué pasa con los senadores? Pues como a la hora de tirar de presupuesto nadie se chupa el dedo, a principio de octubre la Mesa del Senado también ha aprobado un gasto de otro millón de euros para el suministro de 700 ordenadores de sobremesa y 300 portátiles. Hala, con un par.
Los gobernantes actuales, los candidatos a gobernantes, más los acólitos de unos y otros, no paran de predicar que no hay más remedio que apretarse el cinturón. Pero da la impresión de que ellos no pasan del segundo agujero
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A algunos dirigentes políticos (no muchos) se les ha llenado la boca de condenas a la pandilla de directivos de las cajas de ahorro que, tras llevar sus entidades a la ruina, se han otorgado a sí mismos indemnizaciones, prejubilaciones y pensiones supermillonarias antes de ser expulsados de las poltronas. Pero ¿qué ejemplo dan esos mismos políticos respecto a sus ingresos y prebendas? Poco edificante.
En casi toda la prensa ha llamado poderosamente la atención que los diputados al Congreso, ya en período de descuento, hayan acordado que los miembros de la Cámara Baja que surja de las elecciones del 20 de noviembre dispongan, gratis total, de un iPhone 4 o iPhone 4S, aparte de una tableta iPad e instalación de ADSL en su domicilio. La traducción en números es un gasto de medio millón de euros, un buen bocado del contrato de telefonía del Congreso de los Diputados para 2012.
El acuerdo, que se acaba de publicar en el BOE fue adoptado por la Mesa de la Diputación del Congreso (órgano de gobierno tras la disolución de las Cortes) el pasado día 13, con la discreción que impregna las decisiones de los poderes públicos. Como si fuera un asunto de mero trámite al que, por cierto, no puso pega ningún miembro de los grupos parlamentarios allí representados.
Esta especie de generosidad de los diputados salientes con los entrantes tras el 20 N, tiene truco. Muchos de los que ahora tienen escaño piensan repetir y de esa forma seguirán disfrutando del iPhone que ya disponen pero, además, se beneficiarán de la sustitución del ordenador portátil que ahora recibe cada diputado por una iPad de las más rápidas. En total, lo que va a gastar el Congreso en plena angustia económica y financiera de España, son 498.225,50 euros en la adquisición de 400 iPad y 225 iPhone de última generación.
Como el Parlamento está disuelto y todas sus señorías (presentes y futuras) están encantadas de ir equipados con alta tecnología a cargo del erario público, los contribuyentes nos quedamos sin saber cuáles son los trabajos tan agotadores, tan complejos y tan sofisticados de los diputados, que no les vale operar con el sistema Android.
El pliego de condiciones del concurso pide unas características de alta resolución de pantalla, de reproducción y de grabación de vídeo, que solo los tienen los aparatos más prestigiosos y más caros del mercado: las últimas versiones de Apple, ya sea en smartphone o en tableta. El problema no está en la cuantía del desembolso, pues los parlamentarios necesitan herramientas para trabajar. El problema, la vergüenza, el escarnio, radica en que tengan esa mentalidad mezcla de nuevo rico y de gastador con pólvora del rey que les lleva a proveerse de lo más caro y sofisticado que haya en el mercado. Y eso, en los tiempos que corren.
¿Y qué pasa con los senadores? Pues como a la hora de tirar de presupuesto nadie se chupa el dedo, a principio de octubre la Mesa del Senado también ha aprobado un gasto de otro millón de euros para el suministro de 700 ordenadores de sobremesa y 300 portátiles. Hala, con un par.
Los gobernantes actuales, los candidatos a gobernantes, más los acólitos de unos y otros, no paran de predicar que no hay más remedio que apretarse el cinturón. Pero da la impresión de que ellos no pasan del segundo agujero