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Para los/as yunqueranos/as y cuantas personas amen a mi pueblo, como es mi caso:
En primer lugar, me gustaría comenzar diciendo que, según algunas noticias que me han llegado, parece ser que ha sido un verdadero desastre la fiesta montada en la plaza de la Constitución para despedir el pasado año 2008. Personalmente, tuve la oportunidad de tener una charla a medida que se acercaba este evento con el teniente alcalde, el señor Víquez, para poder haber celebrado una fiesta donde todo el pueblo hubiese podido disfrutar. Para mi forma de ver las cosas, cuando llega una fiesta de estas características, hay que dejar atrás los ideales de política que tengamos cada uno, y arrimar todos el hombro para que dicha celebración resulte un momento agradable y de cercanía para la gente del pueblo.
Hace mucho tiempo que no escribo porque, entre otras cosas, últimamente he visitado poco el pueblo, y no estoy tan al corriente de cuanto sucede; sin embargo, no significa que dejen de llegar cosas a mis oídos. La sensación que me da es que, en estos momentos, los ciudadanos no están muy contentos con el actual equipo de gobierno.
En Yunquera tenemos la suerte de tener, entre otras muchísimas cosas, una linda carpa que fue en su momento adquirida por el antiguo equipo de gobierno. Pero para darle vidilla al pueblo, no sólo basta con montar la carpa para que la gente acuda (como se ha comprobado en las últimas navidades); y es aquí donde quería yo llegar. En la ya mencionada charla que mantuvimos, le quise hacer llegar alguna de las ideas que se me habían ocurrido y que, según mi parecer, no habrían supuesto un desembolso importante del capital del pueblo. Entre otras cosas, alguna de dichas ideas era comprar algunas botellas de cava, algunos kilos de uvas e incluso varias cajas de mantecados para que los vecinos se animaran a celebrar el fin de año bajo dicha carpa, además de un pequeño chiringuito con música y, por qué no, alquilar un proyector para poder seguir las campanadas desde la misma plaza.
Siguiendo con la misma tónica, otras de las ideas que me parecen buenas para atraer la visita de la gente ajena al pueblo a nuestra hermosa tierra, es celebrar algunos días al año, con su respectiva publicidad, jornadas de degustación de productos típicos de la zona (cerezas, naranjas, castañas, chacinas, caldereta, nueces), como ya se viene haciendo en muchos pueblos de toda la provincia de Málaga. Son ese tipo de cosas las que hacen que la gente se mueva los fines de semana para conocer los lindos rincones que nos ofrece nuestra comarca.
¿Qué ha pasado con esas zonas ajardinadas/parques infantiles que me habían prometido? ¿Qué pasa con las mejoras que, según Don Fco. Oliva, se iban a hacer en los arbolitos? Se supone que los núcleos de población tienen adjudicados unos fondos europeos (controlados por Órganos de Gobierno superiores como la Junta de Andalucía). ¿A qué se destinan estas ayudas económicas? Porque el pueblo no ha mejorado mucho en los últimos años. Ahora sería un buen momento para incentivar algo de empleo en el pueblo con este tipo de obras.
Un saludo cordial,
Antonio Ríos.
En primer lugar, me gustaría comenzar diciendo que, según algunas noticias que me han llegado, parece ser que ha sido un verdadero desastre la fiesta montada en la plaza de la Constitución para despedir el pasado año 2008. Personalmente, tuve la oportunidad de tener una charla a medida que se acercaba este evento con el teniente alcalde, el señor Víquez, para poder haber celebrado una fiesta donde todo el pueblo hubiese podido disfrutar. Para mi forma de ver las cosas, cuando llega una fiesta de estas características, hay que dejar atrás los ideales de política que tengamos cada uno, y arrimar todos el hombro para que dicha celebración resulte un momento agradable y de cercanía para la gente del pueblo.
Hace mucho tiempo que no escribo porque, entre otras cosas, últimamente he visitado poco el pueblo, y no estoy tan al corriente de cuanto sucede; sin embargo, no significa que dejen de llegar cosas a mis oídos. La sensación que me da es que, en estos momentos, los ciudadanos no están muy contentos con el actual equipo de gobierno.
En Yunquera tenemos la suerte de tener, entre otras muchísimas cosas, una linda carpa que fue en su momento adquirida por el antiguo equipo de gobierno. Pero para darle vidilla al pueblo, no sólo basta con montar la carpa para que la gente acuda (como se ha comprobado en las últimas navidades); y es aquí donde quería yo llegar. En la ya mencionada charla que mantuvimos, le quise hacer llegar alguna de las ideas que se me habían ocurrido y que, según mi parecer, no habrían supuesto un desembolso importante del capital del pueblo. Entre otras cosas, alguna de dichas ideas era comprar algunas botellas de cava, algunos kilos de uvas e incluso varias cajas de mantecados para que los vecinos se animaran a celebrar el fin de año bajo dicha carpa, además de un pequeño chiringuito con música y, por qué no, alquilar un proyector para poder seguir las campanadas desde la misma plaza.
Siguiendo con la misma tónica, otras de las ideas que me parecen buenas para atraer la visita de la gente ajena al pueblo a nuestra hermosa tierra, es celebrar algunos días al año, con su respectiva publicidad, jornadas de degustación de productos típicos de la zona (cerezas, naranjas, castañas, chacinas, caldereta, nueces), como ya se viene haciendo en muchos pueblos de toda la provincia de Málaga. Son ese tipo de cosas las que hacen que la gente se mueva los fines de semana para conocer los lindos rincones que nos ofrece nuestra comarca.
¿Qué ha pasado con esas zonas ajardinadas/parques infantiles que me habían prometido? ¿Qué pasa con las mejoras que, según Don Fco. Oliva, se iban a hacer en los arbolitos? Se supone que los núcleos de población tienen adjudicados unos fondos europeos (controlados por Órganos de Gobierno superiores como la Junta de Andalucía). ¿A qué se destinan estas ayudas económicas? Porque el pueblo no ha mejorado mucho en los últimos años. Ahora sería un buen momento para incentivar algo de empleo en el pueblo con este tipo de obras.
Un saludo cordial,
Antonio Ríos.