Su actual nombre es una derivación del que le dieron los mulsumanes, "Al-bayda" (la blanca).
La
historia de Albaida se remonta a los turdetanos, quienes la denomimaron Kaelia. Fue un centro importante en la época
romana, hasta el punto de acuñar moneda propia. Su actual nombre es una derivación del que le dieron los mulsumanes, Al -bayda (la blanca). Después de la conquista de
Sevilla, pasó a formar parte de los terrenos cedidos al infante Don Fadrique, conservándose aún en la actualidad la
torre que así lo confirma. Posteriormente perteneció al Cabildo Catedralicio de la Provincia, hasta que en el siglo XVII pasó a formar parte del señorío de los Conde-Duques de
Olivares.
Después de la conquista de Sevilla, pasó a formar parte de los terrenos cedidos al infante Don Fadrique, conservándose aún en la actualidad la torre que así lo confirma. Posteriormente perteneció al Cabildo Catedralicio de la Provincia, hasta que en el siglo XVII pasó a formar parte del señorío de los Conde-Duques de Olivares, quienes aprovecharon su dominio y poder para sustraer todo lo que pudieron en beneficio propio y de su villa de Olivares. Hay constancia de que muchos objetos de culto de la actual
colegiata de Olivares, pertenecían a la
parroquia de Albaida en los desgraciados tiempos de la
casa de Guzmán. Consta en los archivos del templo catedralicio sevillano, que para poder tomar posesión de la villa de Albaida, el Conde Duque hubo de mandar tropas que tomaran la
iglesia del
pueblo, donde los albaidejos se habían hecho fuertes para defender su negativa a pertenecer al Señorío de Guzmán.