La historia de Albaida se remonta a los turdetanos, quienes la denomimaron Maenuba, por su cercanía al río del mismo nombre.
Fue un centro importante en la época romana, hasta el punto de acuñar moneda propia, según la publicación de Ceán Bermúdez. Su actual nombre es una derivación del que le dieron los mulsumanes, "Solucar Al-bayda" (la blanca). Pasó a llamarse Sanlúcar de Albaida hasta que tomó el nombre de Albaida y en 1916 por Decreto se constituyó con el nombre actual de Albaida del Aljarafe. Fue conquistada en 1246 por el maestre de la Orden de Santiago don Pelayo Pérez Correa. Después de la conquista de Sevilla, pasó a formar parte de los terrenos cedidos al infante Don Fadrique, conservándose aún en la actualidad la torre que así lo confirma.
Posteriormente perteneció al Cabildo Catedralicio de la Provincia, hasta que en el siglo XVII pasó a formar parte del señorío de los Conde-Duques de Olivares, quienes aprovecharon su dominio y poder, para robar todo lo que pudieron en beneficio propio y de la villa de Olivares. Hay constancia de que muchos objetos de culto de la actual excolegiata de Olivares pertenecían a la parroquia de Albaida, en los desgraciados tiempos de la casa de Guzmán.
Consta en los archivos del templo catedralicio sevillano, que para poder tomar posesión de la villa de Albaida, el Conde Duque hubo de mandar tropas que tomarán la iglesia del pueblo, donde los albaidejos se habían hecho fuertes para defender su negativa a pertenecer al Señorío de Guzmán.
Fue un centro importante en la época romana, hasta el punto de acuñar moneda propia, según la publicación de Ceán Bermúdez. Su actual nombre es una derivación del que le dieron los mulsumanes, "Solucar Al-bayda" (la blanca). Pasó a llamarse Sanlúcar de Albaida hasta que tomó el nombre de Albaida y en 1916 por Decreto se constituyó con el nombre actual de Albaida del Aljarafe. Fue conquistada en 1246 por el maestre de la Orden de Santiago don Pelayo Pérez Correa. Después de la conquista de Sevilla, pasó a formar parte de los terrenos cedidos al infante Don Fadrique, conservándose aún en la actualidad la torre que así lo confirma.
Posteriormente perteneció al Cabildo Catedralicio de la Provincia, hasta que en el siglo XVII pasó a formar parte del señorío de los Conde-Duques de Olivares, quienes aprovecharon su dominio y poder, para robar todo lo que pudieron en beneficio propio y de la villa de Olivares. Hay constancia de que muchos objetos de culto de la actual excolegiata de Olivares pertenecían a la parroquia de Albaida, en los desgraciados tiempos de la casa de Guzmán.
Consta en los archivos del templo catedralicio sevillano, que para poder tomar posesión de la villa de Albaida, el Conde Duque hubo de mandar tropas que tomarán la iglesia del pueblo, donde los albaidejos se habían hecho fuertes para defender su negativa a pertenecer al Señorío de Guzmán.