Como hijo de uno de estos panaderos que se ve en la foto, (justo el que está el 2º por la izquierda de pie), y porque creo que es uno de los pocos que quedan ya vivos, me siento muy orgulloso de la vida, del trabajo, y sobre todo de la historia que han protagonizado estos habitantes de nuestro pueblo, y que cada vez que veo estas fotos, se me saltan las lágrimas y se me ponen los bellos de punta, de ver que gente como ellas hicieron tanto por la historia de nuestro pueblo,; gente anónima, que hoy por hoy lo único que tienen es una estatua en la entrada del pueblo, y gente que la gran mayoría del pueblo no conocen, pero que yo, como ya he dicho hijo de uno de ellos, me gustaría exaltar toda su labor, todo su trabajo y todo el cariño que a mi me ha dado durante toda su vida, y que ahora y desgraciadamente no puedo disfrutar de él por la enfermedad que lo mantiene prostrado en cama durante más de nueve años. Gracias papá y gracias a todos los que como tú contribuyeron a que hoy Alcalá si siga siendo conocida no sólo por sus polígonos, su albero, su río, sino también como Alcalá de los Panaderos.