¡Qué sublime criatura aquella capaz de abarcar la majestad del Infinito, el resplandor de la Luz Eterna!
El rostro sublime de María Santísima de Las Angustias refleja la Belleza en sí, infinita, esencial, completamente pura…la Belleza Divina : siempre idéntica a sí misma.
El bello rostro de Nuestra Bendita Madre es una teofanía que nos conduce a la belleza invisible del Creador y es símbolo del bien que deseamos, de la vida que organiza, de la razón que crea, de la virtud que produce su armonía, de la dicha que sosiega; es la expresión de la verdad misma, la revelación de lo eterno, la manifestación de la grandeza, del amor, de la paz; es la proyección de lo Justo que pone cada cosa en su lugar…la belleza inconmensurable de su rostro, como perfección que supera toda forma posible; es símbolo de lo Infinito.
¡¡¡VIVA LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS!!!
¡¡¡VIVA LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS!!!
¡¡¡VIVA LA VIRGEN DE LAS ANGUSTIAS!!!
... (ver texto completo)