La tierra en que naces y la que te ve crecer, debe ser la tierra que te enorgullezca toda la vida. El paso del tiempo en un mismo lugar, hace que eches raices alli como cuando un agricultor hace su siembra. Sentir el aire de este pueblo, el sol al caer y al almanecer, sus noches limpias y estrelladas...hacen que vivir en Almadén se convierta en todo un cuento de hadas. Sus plazas, sus senderos, sus risas y sus silencios, alli el tiempo esta quieto, viendo como al arbol sus hojas se le van cayendo.... Soy la de dos mas abajo. Mañana si Dios quiere apareceré por vuestro pueblo despues de muchos años, espero que esté tan bonito como siempre. Saludos y hasta mañana. Me alegra que te gusten los comentarios, el último lo escribí yo, pero no soy un tio, soy una chica que creció allí. Te animo a escribir también lo que tú sientas, seguro que habrá muchos lectores que se alegrarán de leer tus vivencias. Saludos.
Por cierto, Almadén tiene muchos lugares que inspiran para escribir, es cuestión de visitarlos, escubrirlos y vivirlos. Muy bellos los dos comentarios anteriores , se me ponen los pelos como esparpias, se nota que el tio sabe escribir y siente la naturaleza con todo su sentimiento, animo y que sigas escribiendo así. Asi da gusto leer y no tanto de lo mismo. Un saludo de una que estuvo allí hace tiempo y que iva y que ya yo sabe cuando volverá. Al subir la cuesta del calvario, y divisar la naturaleza en todo su explendor... Una piensa muchas cosas, pero sobre todo que lo que se ve es obra de Dios. Se entremezclan los verdes, los árboles se mueven al compás del viento, la tierra está viva, está llena de sentimientos. El camino nunca es el mismo, las pizarras cada día están más erosionadas, son testigo del paso del tiempo y huella de muchas plegarias. Y al subir a la cruz, las rocas te acogen en lo más alto, es tiempo para descansar, meditar...