Andorra cierra una incineradora que emitía mil veces más dioxinas de las permitidas
23 de octubre de 2002
El Gobierno de Andorra ha ordenado el cierre de una planta de eliminación de basuras tras detectar elevados índices de emisión de dioxinas. Una de las medidas de prevención comprende el sacrificio del ganado situado en un perímetro de 200 hectáreas alrededor de la planta y la prohibición para consumo humano de hortalizas cultivadas en huertos cercanos a la planta.
Según un informe emitido el pasado 21 de octubre por el Gobierno de Andorra, la planta emitía 111 ng por metro cúbico, mientras que la Directiva de la Unión Europea establece un máximo de 0, 1 ng/m3. Algunas de la personas de las zonas más próximas a la planta, donde se han ordenado medidas más drásticas, se dedocan a la agricultura y tienen animales y huertos propios.
Estos vecinos deberán pasar, junto con los 17 trabajadores del horno, exámenes médicos. También se han cogido muestras de hortalizas, animales y forrajes para conocer el alcance de la contaminación. "El único problema para los humanos llega con el consumo de tubérculos o verduras cultivados en los huertos y, en el caso de los animales, el riesgo está en los forrajes de los campos", ha asegurado Enric Pujal, ministro de Presidencia y portavoz del Gobierno de Andorra.
Una de las explicaciones del problema podría estar en la capacidad de la incineradora. Según Francesc Morell, encargado de la planta, "la capacidad óptima era 120 toneladas al día y se estaban quemando entre 130 y 140, cifra que podría llegar a las 180 en periodos festivos". Esto provocaba, insiste Morell, un anómalo funcionamiento del filtro que debía eliminar las dioxinas, informa La Vanguardia.
23 de octubre de 2002
El Gobierno de Andorra ha ordenado el cierre de una planta de eliminación de basuras tras detectar elevados índices de emisión de dioxinas. Una de las medidas de prevención comprende el sacrificio del ganado situado en un perímetro de 200 hectáreas alrededor de la planta y la prohibición para consumo humano de hortalizas cultivadas en huertos cercanos a la planta.
Según un informe emitido el pasado 21 de octubre por el Gobierno de Andorra, la planta emitía 111 ng por metro cúbico, mientras que la Directiva de la Unión Europea establece un máximo de 0, 1 ng/m3. Algunas de la personas de las zonas más próximas a la planta, donde se han ordenado medidas más drásticas, se dedocan a la agricultura y tienen animales y huertos propios.
Estos vecinos deberán pasar, junto con los 17 trabajadores del horno, exámenes médicos. También se han cogido muestras de hortalizas, animales y forrajes para conocer el alcance de la contaminación. "El único problema para los humanos llega con el consumo de tubérculos o verduras cultivados en los huertos y, en el caso de los animales, el riesgo está en los forrajes de los campos", ha asegurado Enric Pujal, ministro de Presidencia y portavoz del Gobierno de Andorra.
Una de las explicaciones del problema podría estar en la capacidad de la incineradora. Según Francesc Morell, encargado de la planta, "la capacidad óptima era 120 toneladas al día y se estaban quemando entre 130 y 140, cifra que podría llegar a las 180 en periodos festivos". Esto provocaba, insiste Morell, un anómalo funcionamiento del filtro que debía eliminar las dioxinas, informa La Vanguardia.