¡CUáNTO TE AñORO BOLLULLOS!
Aún te recuerdo dorado, verde, brillante, azul y con ese aire puro refrescante.
Los juegos en la calle, en la puerta del almacén de Santiago. Las cunetas llenas de yerba y de trastos viejos.
Apenas pasaban coches por la carretera, si acaso loas carretas cargadas de chamiza, los cabreros y los autobuses de línea de la Empresa Suárez.
Eran otros tiempos. ¡Sí, eran tiempos muy duros! El franquismo, la religiosidad y la emergente televisión española del régimen, pero ... (ver texto completo)
Aún te recuerdo dorado, verde, brillante, azul y con ese aire puro refrescante.
Los juegos en la calle, en la puerta del almacén de Santiago. Las cunetas llenas de yerba y de trastos viejos.
Apenas pasaban coches por la carretera, si acaso loas carretas cargadas de chamiza, los cabreros y los autobuses de línea de la Empresa Suárez.
Eran otros tiempos. ¡Sí, eran tiempos muy duros! El franquismo, la religiosidad y la emergente televisión española del régimen, pero ... (ver texto completo)