Sin embargo, faltaba aún mucho para que se dieran las condiciones necesarias para el establecimiento humano en la actual ciudad. Las prácticas económicas de estos grupos se centraban en la
caza y la recolección y solían habitar en las proximidades de los
ríos, donde más abundante era la caza y donde se proveían de la materia prima para la fabricación de sus rudimentarias herramientas. Con el desarrollo y expansión de la
agricultura y
ganadería, en el período que denominamos Neolítico, se produce un cambio radical en las formas de organización social y de asentamiento.