Las comunidades agrícolas tienden a la sedentarización en poblados, que en esta zona, van a situarse a las orillas de los
ríos, cerca del
agua y de las tierras de cultivo. La generalización de las actividades productivas, el aumento de población fue creando más presión sobre las áreas de recursos que obligaba no solo a producir alimentos para sobrevivir sino también a defenderlos. A finales del Neolítico y comienzos del Calcolítico, los poblados comienzan a situarse preferentemente en lugares bien defendidos.