Carmona y Tartessos: Bronce Final y Primer Hierro. Sin embargo, estas dos premisas se están desmoronando ante el avance de los conocimientos sobre el mundo fenicio en la península ibérica, y así ya se sabe de la existencia de colonias fenicias más allá del Estrecho de Gibraltar llegando hasta la costa atlántica portuguesa. En otro sentido, la evidencia de que la colonización fenicia tuvo como una de sus metas principales la apertura de nuevos
mercados y la búsqueda de nuevas
fuentes de recursos, no niega la posibilidad de que determinados grupos de orientales aprovechasen el descubrimiento de nuevas tierras para intentar una colonización agrícola, e incluso, que para garantizar un
comercio fluido tuvieran que organizar una red de
mercado al interior del país lo que implicaría el establecimiento de pequeños enclaves comerciales en los poblados indígenas. Al menos, así parece indicarlo la documentación arqueológica en lugares como la propia Carmona.