Hierro II: etapa turdetana.
Carmona, con seguridad, debió convertirse en un importante enclave cartaginés, como lo demuestran las importantes obras defensivas que nos han legado. Para reforzar la seguridad de esta
plaza por su flanco más débil, construyeron una
muralla, defendida por un complejo de fosos excavados en la
roca y con sección en V. El principal acceso a la ciudad se defendió con un imponente bastión realizado con sillares almohadillados, que forma parte del actual Alcázar de la
Puerta de
Sevilla, convirtiendo a la ciudad en la plaza inexpugnable que impresionó al propio César.