Puerta de
Sevilla. El bastión y la puerta de Sevilla son construcciones erigidas por los cartagineses antes de la segunda guerra púnica, no obstante, sufrieron varias modificaciones por parte de los
romanos. Estas se centraron en la construcción de la puerta que da acceso a la ciudad y de la poterna situada al norte del bastión y de varias modificaciones llevadas a cabo en el propio bastión. La puerta se compone de dos espacios abovedados enmarcados por sendos
arcos que dejaban entre sí un
patio o intervallum. La poterna se compone de dos arcos de medio punto que enmarcan un espacio cubierto con
bóveda de cañón.