Es una pieza fundamental de la retablística sevillana del siglo XVII, obra que completa el conjunto decorativo. El
claustro presenta doble arcada en sus cuatro flancos. La inferior posee
arcos de medio punto sobre
columnas clásicas enmarcadas con alfiz, y la superior arcos rebajados sobre pilares de ladrillo. El conjunto presenta un maridaje arquitectónico de elementos mudéjares y renacentistas.