Las últimas incorporaciones arquitectónicas corresponden al siglo XVIII, de las que destacan la doble
portada de ingreso al compás, la
torre mirador y el
campanario situado a los pies de la
iglesia. Tras la conquista cristiana, que el rey Fernando III llevó a cabo en 1247,
Carmona se había ido adaptando a las consecuencias de ser una ciudad del reino de Castilla. En el siglo XV se crearon las
parroquias y también se levantaron los primeros
conventos. El más antiguo de todos, en nuestra ciudad, es el de
Santa Clara, comunidad de monjas de clausura franciscanas clarisas, inspirada por la vida de pobreza, caridad y sacrificio de Santa Clara, discípula de
San Francisco de Asís.