En el S. XVII, la cabecera de la
iglesia fue decorada con pinturas doradas de sinuosas formas barrocas. De la misma época data el
retablo principal que diseñó y talló Felipe Ribas en 1645. En la parte inferior de la nave, encontramos un zócalo de azulejos, elaborados con técnicas que entroncan con el
arte musulmán, pero que datan del S. XVI y en la parte superior de los muros de la nave, lienzos de mediados del S. XVII, posiblemente procedentes de un taller local seguidor de los modelos de Zurbarán.