A mediados del XVII se ejecutan las pinturas murales del presbiterio y se encargan a Juan de Valdés Leal los grandes lienzos sobre la vida de
Santa Clara que, en la actualidad, se encuentran fuera de
Carmona. Además, se añade la serie pictórica de arcángeles y
santas recorriendo los muros de la nave y que procedería de un taller seguidor de los modelos de Zurbarán.