Allí veremos las
puertas gemelas tan típicas de los
conventos de clausura españoles. Este de
Carmona es el más antiguo de los cenobios de la ciudad. Contó desde su fundación en 1.460 con la protección y privilegios del pontificado y la corona, tales como el de custodiar las llaves de la ciudad en períodos de guerra o eximir de impuestos a los vecinos que estaban al servicio de
las monjas.