En muy poco tiempo, se convirtió en una de las comunidades más ricas de
Andalucía, no solo por las dotes que las hijas de poderosas
familias aportaban al tomar los hábitos, sino también por el espléndido legado que doña Beatriz Pacheco, duquesa de
Arcos, deja a su muerte en el año 1.511, y que estaba compuesto por sustanciosas rentas, propiedades agrícolas, inmuebles, objetos suntuarios y ajuar de cultos.