Una
escalera de caracol y cuatro
pasarelas de madera conducen desde esta planta del
mirador a cada una de las cuatro buhardillas que se abren en las cubiertas, que permitirían una amplia visión de los alrededores. Aquí quiero hacer un comentario. Si alguien tiene la intención de subir a la
torre con intención de obtener imágenes panorámicas de
Carmona puede ir olvidándose. En primer lugar porque las
rejas son tan tupidas que no permiten que quepa el objetivo de la cámara. Y por otra parte, la subida a las buhardillas está prohibida. Con lo cual, se puede decir que la subida a la torre-mirador es una pérdida de tiempo, ya que ni se pueden hacer
fotos al exterior, ni hay objeto alguno en su interior que sea de interés (salvemos el artesonado del
coro alto).