El templo presenta planta de
salón, con tres naves y
capillas situadas entre los contrafuertes laterales. La construcción se realizó en dos fases durante los siglos XV y XVI. En la primera se levantaron los tramos que van de los pies hasta el
coro, usando un lenguaje y estéticas góticos; en la segunda fase desempeñó un papel importante Diego de Riaño, imprimiendo ya una estética claramente renacentista a los tramos que llegan hasta la cabecera.