Vivienda: La
casa típica
romana en
Carmona estaba configurada en torno a un
patio o atrium. A su alrededor se distribuían las distintas dependencias: cocina, letrinas, cubicula y triclinium. Los
tejados vertían sus
aguas hacia el atrio donde se recogían en una
piscina. Una vez decantada, el
agua se almacenaba en cisternas subterráneas que garantizaban el abastecimiento a la unidad doméstica, dada la imposibilidad de que éste se efectuara por medio de un
acueducto. Las cisternas consisten en un
pozo cilíndrico excavado en el alcor en el que se abren un número variable de galerías, con el objeto de aumentar su capacidad, que en algunos casos superaba los 40 m³. Toda la estructura se impermeabilizaba con un mortero de cal y fragmentos cerámicos denominado opus signinum.