Carmona musulmana. Extrapolando a partir de situaciones similares, se puede pensar en la firma de un tratado o capitulación que regulara la relación entre la población hispano-visigoda y los recién llegados. Estos pactos de convivencia permitían a los habitantes de las ciudades ocupadas mantener sus propias leyes e instituciones, conservar sus propiedades y practicar su religión, a cambio de la satisfacción de un impuesto denominado jarach.