En mejor situación se encontraban los artesanos, a pesar de desarrollar sus actividades en el ámbito de una economía rural de escasos intercambios. En general, cubrían las necesidades del
mercado interno, abasteciendo a la población de productos básicos de uso personal y doméstico y de herramientas agrícolas y de albañilería. El sector terciario era proporcionalmente muy grande, comprendiendo desde caleseros y lacayos en el estrato más bajo, hasta los médicos y procuradores. Llamativo es el porcentaje de población no activa (clérigos, religiosos, rentistas).