Del XVIII es también la primitiva Alameda que, inspirada en la más antigua de
Sevilla, se convierte en lugar de
paseo para los carmonenses.
Carmona todavía en el comienzo del siglo XIX era una ciudad eminentemente agraria, con recursos basados en la explotación de la tierra y un débil sector de servicios. La economía contemporánea preindustrial, sustentada en el cultivo de la trilogía mediterránea -trigo, vid y
olivo-, se ha venido apoyando en una estructura social muy cerrada, derivada directamente de como se distribuye la propiedad de la tierra: grandes propietarios aristocráticos y eclesiásticos, arrendatarios de tierra y minifundistas junto a un mayoritario grupo de jornaleros agrícolas que alternan las labores del
campo con actividades de economía de subsistencia casi depredadora.