En el inicio de la Guerra Civil Española, una compañía de regulares intentó tomar el
pueblo pero no lo consiguió y el Comité de Defensa, formado tras conocerse el triunfo del golpe de Estado de julio de 1936 en
Sevilla, tomó una serie de represalias ―16 derechistas fueron detenidos y uno fue asesinado cuando intentaba escapar― que fueron exageradas en uno de sus discursos radiofónicos por el general Queipo de Llano, jefe de las fuerzas sublevadas en
Andalucía.